El viernes, una vez más, estuve en Trovadicta viendo a Lucas, ese genio musical, que tarde o temprano se hará famosísimo, así que hay que disfrutar bien de él antes de que eso ocurra.
Trovadicta tiene magia, es un local con un encanto irresistible, a pesar de sus incómodas sillas, que te proporcionan, un dolor de riñones que a veces llega a acompañarte durante días. Es una manera distinta de escuchar música en directo, es como ir al local de ensayo de algún grupo amigo, o como una reunión de conocidos en el salón de una casa. Se crea un ambiente apropiadísimo para escuchar la voz única de Lucas y sus letras, tan buenas.
Hubo de todo, como siempre, canciones melancólicas, canciones tristes, canciones alegres, canciones surrealistas (como la del tomate) y luego las canciones "de coña", en las que participa todo el público, animado por Lucas a cantar.
En fin, un placer para los oídos y para el espíritu.
Hola Mar, felicitarte por tu blog antes de nada, y decirte que reafirmo lo que tan bien dejas expresado aqui: Lucas y Trovadicta: "un placer para los oídos y para el espíritu".
ResponderEliminarVale!, llevas razón... las sillas son... así... pero te recuerdo que hay un pedazo de SOFÁÁÁ!!! (que hay que trabajarse...)
Jejeje, ansiado y deseadísimo sofá
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