miércoles, 22 de diciembre de 2010

El "Primer Plano" de Ignacio Martín Lerma


Yo siempre presumo de amigos creativos y hablo de ellos con orgullo, creo que es un auténtico placer estar siempre rodeada de músicos, poetas, fotógrafos, guionistas, cómicos, pintores, cineastas, investigadores, escritores… creo que mi vida sería mucho menos rica sin intercambiar opiniones y formas de ver la vida con todos ellos. Uno de estos amigos es Ignacio Martín Lerma, un auténtico “Leonardo da Vinci” del siglo XXI. Entre los variados caminos que recorre en su vida están la investigación prehistórica, la dirección de cine (es codirector del premiadísimo corto de terror “Merry Little Christmas” del que hablaremos en otro momento, entre otros muchos trabajos ) y la Poesía, tres hilos conductores para una misma persona que él sabe entremezclar con pericia de tejedor de sueños cumplidos.
Hoy os quiero hablar de su recién publicado poemario, “Primer plano”, que llegó a mis manos hace unos días casi recién salido del horno y recién llegado de su primera presentación oficial dentro de la programación del Festival de Cine "Almería en Corto". Lo leí como más me gusta leer poesía, de madrugada, desvelada, a las horas en las que se confunden la realidad con la capacidad de visualizar. Y elegí bien, porque si en algo destaca la poesía de Ignacio es en su poder evocador de imágenes. Su título no puede estar mejor elegido, al igual que la estructura del poemario, dividido en secuencias. Ignacio describe con sus versos escenas y sentimientos como vistos a través de una cámara que enfoca tan de cerca a los personajes que puede leer sus pensamientos, sus sensaciones, sus anhelos.  Es una poesía directa, sensorial, sensual, que se alimenta de las miradas tanto como de las palabras, son momentos descritos casi como planos cinematográficos, breves pero intensos, escenas que en su mayoría hablan de amor mientras destilan deseo. Imagino sus poemas como escenas de cine mudo en las que las miradas hablan, en las que cada sombra, cada luz importa, en las que se recalca el maquillaje para acentuar la expresión que debe sustituir al sonido. Y, sin embargo, el poeta me lleva a esta idea precisamente con palabras y eso me parece especialmente hermoso por la paradoja que encierra. Cine y poesía tan íntimamente mezclados que es imposible separarlos. Un auténtico placer disfrutar de su lectura.

Aquí podéis ver un momento de la presentación en Almería


Pronto se presentará en Madrid. Os mantendré informados.