Incompetencia, un caso real

Hace más o menos una semana, internet dejó de funcionar en mi casa. Tras hacer todos los intentos por arreglarlo que pasaron por mi cabeza, me di por vencida y mi hermana llamó al servicio técnico de Orange, convencidas ambas de que sólo podía tratarse de un problema suyo. Voy a narraros más o menos lo que sucedió, los diálogos son lo más aproximados que mi memoria permite y, desde luego, muchísimo menos extensos de lo que fueron en realidad:

-Ring ring… servicio técnico de Orange, etc. etc.
-Si, es que no me funciona internet y quería saber si hay algún problema con el servicio, etc. etc.

Después de las pertinentes estúpidas preguntas destinadas a todo aquel que a duras penas sabe algo más allá de encender el ordenador, al operario se le ocurre una brillante pregunta:

-¿Cuánto mide el cable que une el router wifi con la roseta del teléfono?
-Pues es largo, pero por eso no es, siempre ha funcionado y vino un técnico vuestro a instalarlo, etc., etc. (dejando claro que SABEMOS que no es por eso)
-Cámbielo para que comprobemos, que normalmente es por eso
-Es que siempre ha ido bien y se fue esta mañana un rato pero luego volvió y nadie ha tocado el dichoso cable
-No importa, puede ser por eso
-No creo
-Usted cámbielo por el que vino en la caja del router y lo comprobamos

Yem, que está el teléfono lo gira y yo hago ruidos para que parezca que lo cambiamos, no vamos a mover un dedo sabiendo que no es por eso, pero el técnico es inútil y, lo que es peor, terco

-Si, ya está cambiado y todo sigue igual (Y tan igual que seguía, el cable y la conexión)

Y entonces, tras mil pruebas que seguramente no existieron, nos dice que en este momento no nos pueden ofrecer los 20 megas que tenemos contratados, que tienen que reducirlo a 1mega, pero no pasa nada, nos devuelven dinero y se encarga de todo el departamento de contratación.

-Pero es que no quiero tener 1 mega ¡Quiero mis 20 megas! No entiendo como me dicen ahora que no pueden ofrecerme la capacidad que he contratado y con la que llevo ya meses.

Susurramos entre nosotras que no sabe lo que dice, ya estamos curtiditas en servicios técnicos telefónicos que no saben más que las cuatro cosas que les han enseñado en un minicursillo rápido.

-¿Le pongo en contacto con el departamento de contratación para cambiar el contrato?
-Ni se le ocurra, dejémoslo un par de días y si no funciona ya me doy yo de baja y contrato otra compañía.

De sobra sabíamos que estas cosas son ajustes temporales, que a veces ocurren y que se solucionan solitos, pero el propósito de nuestra llamada era saber más o menos cuanto tardarían. Total, 20 minutos llamando a un 902 desde el móvil para nada. El técnico no movió ni un dedo, le daba lo mismo que nos largásemos sin más y dejásemos de tener las llamadas, la TV e internet con ellos, me pregunto si a sus jefes también les daría lo mismo ver como trabajan.

En unas pocas horas todo volvió a la normalidad y desde entonces va perfecto, veloz con sus 20 megas de siempre. Y es que, señoras y señores, no se fíen siempre de lo que les diga un técnico telefónico, a las pruebas me remito.