Hace unos días acabé de leer "La suma de los días" de Isabel Allende. Soy consciente de que hay algo de desfachatez en escribir un libro que no es más que una narración de como es su vida y la vida de su familia, pero Isabel Allende hace que esa descripción se convierta en algo dinámico e interesante. O puede ser que a mi me lo parezca porque sigo su carrera literaria desde que publicó "La Casa de los Espíritus", que tuve la suerte de que cayese en mis manos de niña devoradora de libros (costumbre que nunca he perdido) y que leí con devoción por primera vez ya en aquellos tiempos, seguramente sin enterarme mucho del transfondo político, pero fascinada por los modos narrativos de Isabel Allende. Desde entonces he leído prácticamente todos sus libros, muchos de ellos varias veces y nunca me he sentido decepcionada.
A lo que iba, que me pierdo en divagaciones, es posible que "La suma de los días" no sea más que una continuación de "Paula", que es de los libros que menos me gustan de esta autora, pero mi condición de cotilla se ve satisfecha curioseando en la vida de los autores que me interesan y disfruto aún más si a esto le unimos la forma de ver la vida y de contar las cosas de Isabel.
Eso sí, si yo fuese algún miembro de su familia probablemente acabaría estrangulándola por contar cada uno de mis secretos, a menos, claro está, que me hipnotizase con sus cuentos o que los fantasmas que la rodean detuviesen mis manos asesinas.
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