Camilo, Camilín y los niños pobres

Hoy he escuchado en la TV una noticia tan absurda, estúpida y graciosa que me ha hecho morirme de la risa, sobre todo teniendo en cuenta al protagonista. Procedo a relatarla, no me he enterado muy bien y la voy a contar a mi manera, así que ruego disculpen mis inexactitud:

Estaba un jóven hijo de famoso con una mujer de bastante más edad (no es que yo critique la diferencia de edad, ni mucho menos, pero es relevante para lo ridículo de la historia) en un bar de tapas de cuyo nombre ni quiero ni puedo acordarme porque no lo he oído. Al intentar pagar con una tarjeta el camarero se la devuelve y lo intenta con otra que el camarero se ve obligado a retener. Ante semejante acontecimiento no se les ocurre nada mejor que meterse ambos dos en el servicio de mujeres, del cual, según decía la periodista en la tv, salían unos extraños ruidos. Se ve que estaban bastante "perjudicados" a esas alturas porque si no no se comprende algo tan surrealista. El caso es que tuvo que acudir la policía y al muchacho, de ventitantos, no se le ocurre nada mejor que suplicar que "por favor no se lo digan a su padre" ante la mirada atónita de los policías que ni siquiera sabían quien era (ahora conviene recordar ni él ni su acompañante eran unos niños ya)

El protagonista, como habrán podido ver por el título del post, era Camilín, el hijo del sin igual Camilo Sesto, autores los dos juntos de uno de los momentos más memorables de la historia de la música en este país que no me resisto a poner. Que lo disfuten, señores, y si no duermen no me echen las culpas a mi, que no fui yo quien creó al "Muñeco Diabólico"