El 28 de marzo me fui al StupiMad, subtitulado por los organizadores como "subnormalidad musical". Mejor es tomarme este subtítulo con risas porque, da la casualidad de que los tres grupos que actuaban me gustan mucho y, ya sea por subnormalidad o no, me lo paso más que bien en sus conciertos.
En el cartel del Stupimad tres nombres que me hicieron comprar la entrada nada más conocerlos: Los Petersellers, El Hombre Linterna y los Barrio Tomillo ¿Se puede pedir más a una noche como esa? Si, buenísima compañía y también la tenía.
Empezaron los Petersellers, con la plantilla muy renovada últimamente y bajista nuevo, Richie Norris, creo que se llamaba. Esta vez venían disfrazados de Peter-Amish, sí, esos granjeros religiosos de las películas descritos frívolamente. Pantalones muy pero que muy subidos, tirantes y sombreros de paja, ya lo veréis en las fotos. Con Don Bigote y su maravilloso histrionismo a la cabeza, interpretaron algunos de sus "greatest hits" con la gracia que les caracteriza y el público coreando. Los Petersellers me han gustado de toda la vida, pero desde que el cantante es mi querido Don Bigote, los aprecio mucho más.
Después llegó el turno de Barrio Tomillo que ya sabéis los que pasáis por este blog que me encantan. Salieron al completo, con sus disfraces habituales y los vientos romanos dando muestra de sus habilidades, a destacar los prodigiosos pies del trombonista que, aunque sé que se llama Elías, me sigue gustando más llamarle "Trombonista anónimo". El pollo voló con sus impresionantes alas nuevas, Gracita creo recordar que también voló, pero sin alas, la peluca le hace de paracaídas. Chustaman, el superhéroe tomillero, observaba por si tenía que volar con su capa, pero no fue necesario. Walter aguantó el tipo ahogándose en su máscara. El público bailaba, los tomilleros, que éramos muchos y los que acababan de conocerles también, es imposible no moverse con sus canciones.
Por último, El Hombre Linterna, otro de mis grandes preferidos, muy guapos todos con sus americanas y sus camisetas luminosas. Es que tienen clase y se nota. A destacar el rabito de Goku que lucía Damián y que me dejó completamente cautivada. Cantaron sus peculiares interpretaciones de las canciones de los dibujos y su nuevo tema propio "El Hombre Linterna", tan pegadizo que las dos veces que lo he escuchado en sus conciertos se me ha pegado durante días y días "Es el Hombre Linternaaaaa, es una luciérnagaaaaa". Desde que salen a diario en la TV se llenan demasiado sus conciertos y, aunque me alegro muchísimo por su éxito, añoro los tiempos en los que eramos muchos menos los que ibamos a verles, sobre todo porque era otro tipo de público.
Cada uno tenía más o menos cincuenta minutos para tocar, pero a mi se me hizo cortísimo, me habría gustado que durase el doble.
Para mi, lo único malo de la noche era que el concierto era en la Heineken, sala que, como he comentado en alguna otra ocasión, odio profundamente. No me gusta que nada más acabar los conciertos echen a la gente para abrirlo como discoteca, para eso o dejas a la gente que ya está dentro como hacen en las demás salas o no das conciertos. Por otra parte, mejor no tomarte nada aunque mueras de sed, porque si una Heineken cuesta 6 € en su sala, no quiero saber lo que cuestan las demás. Eso mismo lo pensaban todos los que estaban en el concierto porque beber, lo que se dice beber, bebían más bien pocos.
Os dejo con unas fotillos, que hay cosas que es mejor ver, la pena es que no tengo vídeos.
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