Hay ocasiones, de vez en cuando, en las que conozco al músico antes que a su música, a la persona antes que al cantante, al escritor antes que al libro, al artista antes que a su arte. Me gusta cuando ocurre así porque me evita la creación de una imagen, muy a menudo distorsionada, no digo mejor o peor, pero sí distinta, de como es la persona en realidad (Mi imaginación es poderosa). Hay gente muy audaz en el escenario que es muy tímida cuando se baja, cantantes muy callados que cuando se suben al escenario se convierten en auténticas estrellas, muchos que cantan a un "Amor" que sólo veneran en sus canciones, otros que fingen ser muy "canallas" y luego sólo andan buscando cariño... Es cierto que si se mira con atención siempre se descubre la verdadera personalidad del autor en su obra, pero no siempre se sabe mirar. El caso es que yo a Pablo Ager le conocí como persona antes que como cantante, aunque esta afirmación tampoco es del todo real. Para ser sincera, le había escuchado alguna vez, pero hasta ahora no le había prestado el interés que sin duda merece, no por falta de ganas, más bien es que hay tanta música por escuchar, tantas canciones que disfrutar, que no me llega el tiempo para todos mis descubrimientos y para todas las recomendaciones que me hacen.
El destino, caprichoso, quiso que compartiésemos algunos amigos en común, entre ellos el cantautor Carlos de Abuín, en cuya fiesta de cumpleaños coincidí con el señor Ager, que da la casualidad que tiene un excelente sentido del humor, cualidad que yo aprecio mucho. Hablamos y hablamos, cotilleamos, nos reímos, y me regaló "Incierta memoria", su disco. Lo escuché y me sorprendió muy favorablemente. Por eso, ayer no desaproveché la oportunidad de escucharle en directo en mi querido Barcelona 8. Y es aquí cuando cobra sentido la parrafada anterior sobre la personalidad de los artistas, porque en el caso de Pablo comprobé que es igual cuando se sube al escenario que cuando se baja, la misma media sonrisa como intentando disimular un ataque de risa o un chiste con ganas de ser escuchado, la misma forma de comentar las cosas, la misma persona, pero un poquito mejor porque encima canta y lo hace bien. Y además, sabe elegir a los amigos y a los músicos, que es otra gran virtud, por eso ayer en el concierto había mucha gente interesante, algunos conocidos y apreciados por mi, otros conocidos en el momento y alguno hasta "reconocido" por fin en directo después de "conocernos" por otros cibernéticos medios. Los conciertos así ya parten de un buen principio y si se rematan con un guitarrista espectacular como César Valencia y las buenas canciones de Pablo, se convierten casi en una fiesta.
No puedo comparar este concierto con otros, por ahora es el primero, pero sí puedo decir que me gustó lo suficiente como para convertirlo en principio de una lista larga. Creo que Pablo es de los que enganchan, de los que poco a poco te van atrapando y cuando te das cuenta no hay vuelta atrás, te has convertido en fan, en el sentido no ridículo de la palabra. Ya desde el principio sé lo que va a ocurrir, las canciones con más vocación de "greatest hits", como "Orgasmo universal", "Miss Utopía" o "Desmejorado" me cautivan ahora y luego irán haciendo sitio a otras sin por eso abandonar su lugar.
Me gusta el directo de Pablo y me gustan su voz rockera y sus letras con cierto "toque" americano. Una vez más os digo que no me pidáis definiciones porque eso está en contra de mis principios, ¿Cantautor? Canta lo que compone, pero está lejos de ser un cantautor clásico, está mucho más cerca de Quique González que de Marwan. Una vez más solamente puedo decir que le escuchéis, que merece la pena... y mucho.
Su Web y su Myspace
*Gracias Sanaa por la foto
Sí. Merece mucho la pena. Y mucho más la alegría al escucharlo. Al vivirlo.
ResponderEliminarY lo mejor, cuando al artista, al cantante... al cantautor... se le conoce antes como persona. Sí.
También lo sigo y también estoy de acuerdo contigo, más cerca de Quique G. que de Marwan o Luis R. Pero un pelín cercano a Andrés S.
Un abrazo