La música celta siempre me ha parecido una música soñadora, evocadora de otros lugares y hasta de otros tiempos. Es una música que tiene la capacidad de cambiar el estado de ánimo. Siempre me ha resultado fácil engancharme a sus melodías y dejarme llevar hasta un mundo que huele a leyendas y mitos, a bosques, a druidas, a elfos, a árboles mágicos, a bardos contando la Historia convertida en cuento, a la alegría desatada de las tabernas de los hobbits "tolkinianos", a las fiestas gallegas, al verde irlandés, a los cuadros de los kilts escoceses y también a antiguo, a Arqueología, a torques, a castros, a las preciosas fíbulas celtas... Es una música viva de raíces profundas que no suele dejar indiferente a nadie y que ayer tuvimos la suerte de disfrutar en el Barcelona 8 gracias a Celtic Maze, un proyecto del acordeonista Jacinto Martínez (al que conocía como integrante de "La Banda del viernes", que es la banda de MensO) y tres grandes músicos más, el flautista Xurxo Ordóñez, la violinista Phil Skillman y el genial Mario Raya (MensO) a la guitarra.
Los cuatro, como hábiles alquimistas del sonido, convierten las notas en fuego, en agua, en bosques y en cuentos, sin necesidad de voces, solamente usando el enorme poder evocador de su música.
El público a ratos melancólico y a ratos poseído por el espíritu festivo que incitaba a bailar, nos entregábamos en todo momento a esa preciosa música que nos entraba por los oídos y nos llegaba al corazón
La mejor manera de describirlo es con un vídeo. Son dos temas encadenados, "Valle de Tobalina" y un "Pequeño cuento celta", la imagen no es muy buena, pero se escucha bastante bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta que la gente de su opinión así que ya estás tardando en lanzar una botella con tu mensaje